Ciencia y Sociedad

Sunday, September 26, 2010

LOS MASSIEU SON UNOS "SALVAJES"…( XI ) (parte A)

La familia se compone de muchos individuos y de gran diversidad de comportamientos y entornos culturales; el tiempo hace ver a cada circunstancia en toda su tragicomedia. Es imposible entonces, referirse al anecdotario exhaustivo de una familia (que se acerca a 600 personas) por lo que tendemos a redactar con escrupulosidad, una docena de pequeñas historias de varios Massieu…todas son ciertas y se refieren a hechos que sucedieron en vida de las personas.

1.- Aviones y esmeraldas… ¿usted qué piensa?

El pariente era Jefe mecánico de los “Aviones Presidenciales”. No era raro que saliera de vuelo sin aviso previo y en aquel domingo, el piloto lo invitó a salir a “probar” una avioneta nueva, de cola en V (Beechcraft-Bonanza). Salieron a rodear la Cuenca de Anahuac por él aire; ya regresando al aeropuerto, el motor del avión falló… Cayó en un barrio, muriendo dos de los tres pasajeros, capitán y pariente. La duda surgió pronto: si era nuevo el avión, ¿porqué se descompuso la bomba de gasolina? Pasó el tiempo, y se supo que el capitán-piloto, años atrás y antes del vuelo fatal, viajaba a Colombia a recoger “caramelos verdes” y que estos se ofertaban… ¡DESDE LA OFICINA PRESIDENCIAL!

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-Gracias a Google Images; es un ejemplo del modelo de avión del que se trata el relato escrito-

2.- Luna de Miel muy espinosa.

Todos los parientes del gremio masculino, se reunieron para la “despedida de soltero” del que se casaba el día siguiente; todo fue alegría, risas y bromas. En el “climax” de la celebración se tomó al casi cónyuge y “se le sentó” en una de las enormes biznagas de la entrada de la casa. Fue así que el doliente –y la novia- se pasaron la “noche de bodas” extrayendo las enormes espinas del… ¡"POLO SUR” DEL JOVEN MARIDO!

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-Gracias a Google Images por facilitarnos una imagen de la biznaga gigante, como la que se usó en el texto señalado anteriormente-

3.- ¡Y con motor “apagado”!

Hace algunos años el cruce de avenidas Insurgentes y rio Churubusco era muy peligroso; la calle Churubusco era una auténtico rio; tenía su talud, bordo y agua en abundancia en época de lluvias. Esto era junto a la “Alberca Aragón” de célebre memoria popular. En ese cruce, de noche y pasada la “euforia etílica” de algún pariente, en su veloz auto no vio la caída al rio y cayó con todo y coche al agua…; pero esto no fue lo peor, lo peor fue que “aceleraba” ya en el fondo del rio, para salir con pedal del acelerador forzado…Y MOTOR APAGADO.

4.- Otra de Luna de Miel inolvidable.

Acapulco era el paraíso alcanzable desde el DF después de 12 horas en auto; no había hoteles y los “lunamieleros” pernoctaban en “Casas de Huéspedes” del puerto. Aún estando en plena “noche de bodas”, el esposo fue sorprendido en rinconcito del restorán, en “clinch a cuerpo pegado” con una bella chica que no era la esposa. Lloriqueos y telefonazo de la esposa a su papá; el suegro escuchó y contestó a la novia: “Mire hija mía, usted lo escogió para siempre hace horas, por lo que usted se queda con él…”. Ante todo el barullo desatado, la explicación del recién casado a su esposa, mi parienta, también logró un nivel que se hizo histórico… “es que ME ESTABA DESPIDIENDO…”

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El Centro de Acapulco en los 1940's

5.- Docilidad conyugal… de la esposa.

El esposo, ingeniero y matemático, era una persona de bruscas y súbitas maneras. Era funcionario de gobierno y profesor de la academia. Casado y con varios hijos e hijas, era de modos ágiles; había que obedecerlo rápido…A su buena y dócil mujer la “entrenaba” en la pileta de agua del patio; llenaba la pileta y con cronómetro en mano izquierda, tomaba del cuello a la esposa y, ya dentro del agua, la sometía a “inmersión forzada contra reloj”… El problema era que en cada sesión… ¡el ingeniero ALARGABA EL CONTEO! con la cabeza de la parienta en el agua...

6.- Amor a tiempos perdidos.

Pasaron los años, muchos. Con hermanos y hermanas casadas, la mayor se quedó solterona. En cambio, a lo largo de su vida, no le faltaron amigas; la mejor amiga desde aquella fiesta de quince años, en el siglo XIX, era la hija mayor de un gran político mexicano. Pasado el tiempo, el papá de la amiga también enviudó y se quedó “en su jardín viendo cómo crece el pasto”. No obstante, por los extraños caminos del amor -y ya ambos de cabello blanco y sin Koleston 40- se reencontraron y… ¡SE CASARON! Aclarándose entonces que al señor político, le gustó la parienta desde aquella fiesta de quince de su hija, años atrás.

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