Ciencia y Sociedad

Saturday, December 08, 2007

levitra

SOBRE “DUENDES CHOCARREROS” (Poltergeist), TELEPATIA Y PES(*)

(3 de 3 partes)


Percepción extrasensorial...¿capacidad cerebral humana poco utilizada?

Caso 4.- “Ohiyesa fue un indio Dakota (Sioux) nacido en 1858 cerca de Redwood Falls, Minnesota. Después de cierta masacre huyó a Canadá con algunos parientes, recuperando la vida nómada de su clan. Mas adelante pudo ser capaz de estudiar medicina llegando a graduarse en 1890 en la Universidad de Boston. Fue pues un profesional de extracción indígena que escribió mucho, inclusive varios libros…” Transcribimos nosotros aquí un texto incluido en el primer libro de Ohiyesa . “Me consta,” - apunta Ohiyesa- “que mi gente poseía notables poderes de concentración y abstracción. Yo supongo que debido a su cercanía con la naturaleza, mantenían su espíritu sensible a manifestaciones fuera de lo común y a contactos con poderes no visibles. Algunos de nosotros parecían tener una intuición particular para la localización de lugares de entierro; recuerdo que ellos nos comentaban que esto se debía a una comunicación de parte de los espíritus que se fueron. Mi propia abuela era una de esas personas sensibles y recordando yo el pasado lejano de mi infancia, cuando acampábamos en un campo desconocido, con mi hermano solíamos buscar –y encontrar- huesos humanos en el punto que la abuela nos había señalado como antiguo lugar de enterramiento o punto de fallecimiento de algún guerrero solitario. Por supuesto las señales o signos externos que se refirieran a que dicho lugar fuera un lugar de entierro, hacía tiempo que habían desaparecido” ( 3 ).

Caso 5.- Este caso refiérese a lo sucedido a una joven -EESS- que conozco de manera cercana y personal; el hecho fue durante un viaje a Europa; para explicarnos lo sucedido me puse a estudiar los casos que antes compartí con Uds. La joven -y bella- me describió su experiencia de la siguiente manera: “Fue el jueves 20 de mayo del 2004 a las 11 pm cuando llegamos al Hotel……en las afueras de Cracovia, Polonia. Después de checada mi habitación pregunté si tenían servicio de internet. Me respondieron que sí e indicaron como llegar a su ubicación dentro del edificio. Los demás compañeros del grupo se retiraron a sus habitaciones mientras yo dejaba maletas en la mía y me desplazaba por corredores y elevador de jaula –viejo- a la puerta 2 donde encontraría el cuarto con la computadora. Me sorprendí al ver el interior tan pequeño; no era nada parecido a las salas de internet de los otros hoteles donde nos habíamos hospedado en Berlín y Varsovia. Se trataba, en este caso, de un cuarto muy pequeño donde solo se encontraba un escritorio viejo, la computadora, la impresora y dos sillas. Empecé a teclear pasada la medianoche y pronto ME SENTí incómoda, al darme cuenta que a mis espaldas, cerca de mí, había dos puertas cerradas con sendas ventanitas superiores; no se veía nada a través de ellas, solo negro. Mi intranquilidad crecía por momentos ante la posibilidad de que alguien a mis espaldas pudiera estar observándome, así como lo que escribía en el monitor. Revisé mis correos electrónicos y con el transcurrir del tiempo caí en cuenta que la pared a mi costado derecho era falsa, es decir estaba improvisada; era como un biombo rígido que dividía al cuarto en dos secciones, una donde estaba yo, el escritorio y la computadora y del otro lado otro escritorio con silla al lado de un pasillo al que no se podía acceder desde donde yo estaba. Este biombo o muro del lado derecho no estaba pegado al piso, dejaba un claro como de 20 centímetros a todo lo largo, por el que me asomé a ver que había del otro lado y he descrito. El tiempo pasaba y crecía mi incomodidad. En un momento dado, ya no pude soportar LA TENSIÓN, que ME ERA INEXPLICABLE y alrededor de las 2 am, el miedo me impidió continuar en el lugar...apagué la computadora y me fui nerviosísima a mi habitación. Al caminar por el pasillo apresuradamente y a grandes zancadas, llegué a los elevadores sin que hubiera nadie en todo el piso; el policía de seguridad ya no estaba, aunque la lamparita de su mesa seguía encendida. Tampoco había gente en recepción. Todo estaba apagado y cerrado. Tomé el ascensor y una vez dentro, mientras ascendía, el miedo y la adrenalina se me incrementaron notablemente, solo escuchaba los sonidos del ascensor y los latidos de mi corazón…¡a mil por hora! Cuando la puerta del elevador se abrió en mi 3er piso, caminé lo más rápido que pude hasta mi habitación... SENTÍA que alguien venía atrás de mí y que en cualquier momento me tomaría por los hombros; CASI SENTíA su mano en mi hombro…cuando abrí la puerta, entré, la cerré y respiré profundo para no llorar de miedo...”

“El tercer y último día en Cracovia nos levantamos, desayunamos y nos fuimos al centro de la ciudad. Una vez ahí en el centro, Leopoldo, que actuaba como el jefe del grupo, se dio cuenta de que había olvidado su cartera en el Hotel. Decidió tomar un taxi para regresar rápidamente al mismo, mientras los demás continuábamos con nuestra visita al centro de la ciudad. Al reintegrarse al grupo Leopoldo, nos comentó de inmediato lo que le dijo el taxista cuando abordó el auto de ida y le indicó su destino: el hotel de marras. Fue entonces que el taxista, sorprendido, se detuvo subitamente e inquirió a Leopoldo extrañadísimo..¿porqué habíamos ido a ese hotel? ¿ ignorábamos la mala fama que tenía? ¿ no sabíamos que por años había sido el cuartel de la policía secreta? -en el período comunista de Polonia- y que por años en el lugar se había atormentado y asesinado a mucha gente…¡¡??"

"Cuando nos reunimos otra vez y nos preparamos para el regreso a México, comentamos todos en el grupo, la situación de lo que me pasó el primer día y quedamos de acuerdo en lo que SE SENTÍA en aquel lugar... A mi, en particular, señalo aquí, la primera noche que fui a la sala de internet, inadvertida previamente de lo sucedido ahí, el lugar me infundió tal pánico, como nunca he vuelto A SENTIR en mi vida”…( 5 )

La imagen inferior nos muestra a la joven EESS, protagonista del Caso 5 referido anteriormente...

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(*) Percepción extrasensorial

(1) González Obregón, L., México Viejo, ed. Patria, México, 1966
(2) Tibón, G., Aventuras en México, ed. Diana, México, 1983
(3) McLuhan, T.C., Touch the Earth, ed.
Abacus, London, 1980
(4) Blakemore,C., Mechanics of the Mind, ed. Cambridge U., London,1977
(5) Emilia Elena S.S., entrevista personal por este autor, México, 2004
(6) Parrado, N., Milagro en los Andes. ed. Reader´s Digest., Mex., 2007