Ciencia y Sociedad

Wednesday, September 09, 2009

Al observar pinturas de “El Greco”...



...“alias” Doménicos Theotocópulis y a propósito de su obra expuesta en México, procure hacerlo “en contexto”, es decir, imagine SU época, la España del siglo XVI, no en nuestros años. Para ello lo invitamos esencialmente a reflexionar en que:


Doménico pasó sus años de infancia y juventud en su natal terruño griego, pintando retablos para templos ortodoxos y mas tarde incorporado a la avanzada escuela de Venecia al lado del gran Tiziano. Fue pintor, escultor, arquitecto y seguramente con algo de químico, pues entonces NO se compraban los colores, los fabricaba el propio artista...

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Su obra pasó inadvertida durante los casi tres siglos que siguieron a su muerte (Toledo, España, abril de 1614)...hasta ser re-descubierta por “los Impresionistas” del París francés a fines del siglo XIX, noctámbulos, adictos al ajenjo y parranderos. Imaginemos su asombro al verificar el estilo “rebelde” del griego, que se les adelantó tantos años...

El genial Theo, solitario, retraído y místico, casi pintaba a obscuras al margen del sol toledano y en medio de una gran austeridad. Soslayaba el bullicio, las riquezas y esplendor de la antigua capital visigoda que ciertamente amaba; aunque la Inquisición lo vigilaba,

De los 241 cuadros heredados a su hijo Jorge Manuel –pintado hasta abajo a la izquierda de “El Entierro de El Duque de Orgaz”- nada se sabe, como tampoco porqué pintaba sus Cristos sin sangrar... No fue casual el comentario del Director del Museo del Prado –Madrid,1881- quien se refería a “las absurdas caricaturas de El Greco...”, entonces almacenadas en las colecciones del museo ( 1 )

A los cinco años de haber llegado a Toledo (crecidito, a los treinta y tantos años) es ya un Maestro admirado; permanecerá ahí otros 36 años pintando y endeudándose, indiferente a la riqueza que fluye a su alrededor, con su cauda de indigentes...

Su “época toledana” hace a Doménico El Campeón del “Siglo de Oro” español ( 2 )que, ayer como hoy, hace mas ricos a los ricos y mas pobres a los pobres...”¡Vamos, vamos! no exageréis” me dirían mis amigos españoles “¿ricos? ¿ricos? ¿qué tanto?” Bueno, digo yo, llegaban carretadas –en barco claro- de oro, plata y esmeraldas desde el Nuevo Mundo, al respecto de lo cual,

Galeano nos especifica: “entre 1503 y 1660 llegaron a Sevilla 185 000 kilos de oro y 16 000 000 de kilos de plata, excediendo 3 veces el total de reservas de Europa (y eso sin incluir el contrabando)...Los metales así arrebatados al Nuevo Mundo hicieron posible entonces el desarrollo económico europeo...” (así como las formas subjetivas de la creatividad ociosa, es decir el Arte, digo yo)... “Contribución de América al progreso ajeno ” termina el párrafo, ese otro genio literario Eduardo Galeano ( 3 ),

Pese a la riqueza que rodeaba Toledo, al Greco no le pagaban sus pinturas, una de las cuales la tuvo que hacer, copiar y vender 17 veces. Otras 80 copias hizo y vendió de su “San Francisco en Éxtasis” muy orgulloso de su obra, que el sabía fuera de serie. Murió sin dejar fortuna, debiendo tres años de alquiler de su casona de 24 aposentos...aunque sin muebles ( 1 )

Mientras tanto, el Obispo de Toledo de esa época, mas práctico y menos creativo, protegiéndose de la inflación galopante, tenía una renta anual de 200 000 ducados de oro –equivalentes hoy, 2009, a mas de 20 millones de dólares USA- El Obispo era famoso por sus obra caritativa hacia los indigentes...¿Quién no? pregunto yo, ¿Con ese ingreso?... hasta el suscrito se ganaría el cielo por generoso con esa “renta”...( 4 )

Termino aquí con una propuesta: ¡Que no devuelva México la obra de El Greco a su sede española! el Museo del Prado, misma obra que, después de todo, no querían en ese museo hace un siglo y que tampoco gustó al rey Felipe II siglos antes... ¡No! les devolvamos la extraordinaria obra de Doménico, hasta que nos devuelvan los españoles los escasos códices prehispánicos que no quemaron y que, como invasores acá, se llevaron a la vieja España que tanto nos atropelló...

“La Ciencia sin el Arte no es nada...”



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Una rara talla en madera atribuida a "El Greco", existente en cierto museo del oeste de los EUA, visitado por el autor hace algunos años


1.- Kent, G., El Greco, Maestro Moderno de la España imperial, en Los Grandes Pintores y sus Obras Maestras, ed. Reader´s Digest de México, 1966

2.- Vilar, P., Historia de España, ed. Grijalbo, Barcelona,1986

3.- Galeano, E., Las Venas Abiertas de América Latina, ed. Siglo XXI, 73 edición, 2001

4.- Bennassar, B., The Spanish Character –attitudes and mentalities from the 16th to the 19th century- ed. University of California Press, Berkeley,1979