Ciencia y Sociedad

Saturday, December 26, 2009

¿ARMAS ÉTNICAS contra los MEXICANOS?...(2a. de 3 partes)

Noticia reciente: “El ex Secretario de Salud de México Julio Frenk creador principal del -Proyecto Genoma del Mexicano- que duró 4 años, costó 25 millones de dólares y fue llevado a cabo por el Instituto correspondiente, es hoy colega de Steven Rose (coautor del libro -Reconstruyendo las Defensas de los EUA- ) en la Universidad de Harvard, institución que contribuye al desarrollo de bioarmas específicas contra ciertos genomas...Por otro lado, la Asociación Médica de Gran Bretaña denunció desde hace una década que Israel, en colaboración con los EUA, prepara un arma étnica contra los árabes; en el mismo sentido puede decirse como ALTAMENTE PROBABLE el que instancias mexicanas hayan sido y sean participantes inadvertidas en este tipo de proyectos..." ( 1 )


(Continuación)


El territorio “adquirido” de México y calculado en 1 528 241 kilómetros cuadrados –equivalentes a toda Europa- “dio a los yanquis la tierra, el oro, la plata, el cobre, el gas, el petróleo, los mares, la fuerza de trabajo y mas, lo que les ha permitido llegar a ser lo que son hoy...” (23)(24). También les permitió ampliar su mercado para la trata de esclavos, que era la gran riqueza sureña; la disputa por este negocio, equivalente a 16 000 millones de dólares en 1850 por los 4 millones de individuos de descendencia africana hacia 1860, con el tiempo llevaría a la división entre un Sur esclavista y un Norte no esclavista y a una guerra civil que costó 800 mil vidas a la Unión Americana (25)(26). El nuevo territorio devendría también en el espacio que buscarían llenar los anglos, inventándose una “Marcha hacia el Far West”. Para el caso, entonces sí fomentando una inmensa inmigración “blanca” desde Europa, que haría realidad el sueño racista de Jefferson de las décadas anteriores (27), (Fig. 4) tomada de la referencia (26)

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La inmigración citada, proveniente de varios lugares del Viejo Continente hacia los EUA, fue alentada bajo la ilusión de una nueva tierra prometida; la gran cantidad de inmigrantes que fluyó con el tiempo hacia el recién arrebatado territorio a México, ha quedado atestiguada por los datos que se presentan a continuación, (28)

Inmigrantes a EUA década

0 152 000 1820 - 1830

0 599 000 1831 - 1840

1 713 000 1841 - 1850

2 598 000 1851 - 1860

2 315 000 1861 - 1870

2 812 000 1871 - 1880

5 247 000 1881 - 1890

Para el caso, en el territorio arrebatado a México también quedaron unos 4 millones de aborígenes o indios “bravos” que, después de armados por los anglos para ser usados como avanzada en contra de los estados del norte de México, serían arrinconados paulatinamente en “Reservaciones”, mientras los 108 000 mexicanos que habían quedado al norte de la nueva frontera, simplemente eran marginados o vistos como... sub-humanos. ¿No lo cree, amable lector? Pues entérese que los paisanos del Valle de Napa –norte de San Francisco, tierra rica en viñedos- no estaban autorizados a tocar con sus manos las vides ¡para no contaminarlas!... solo los italianos lo podían hacer… no sería casual entonces, que en esa región surgiera décadas después la gran lucha de los cosechadores de uva –UFW- con el célebre Cesar Chávez al frente (24)… y va otra: “King Fisher” matón texano de hace un siglo, y poco mas, al preguntársele que “¿Cuántas vidas debía?” contestó sin empacho: “37,… sin contar a mexicanos”; éramos considerados como “animales” a lazar y matar… Fig. 5

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Fig. 5, tomada de referencia (24)


Se consolidó así la preocupación yanqui por llenar -en la jerga anglo “colonizar”- el inmenso territorio arrancado a México; mismo que se sumaría el anteriormente comprado –con comillas o sin ellas- a España como fue La Florida, la Luisiana a Francia y otros territorios a Rusia. Evidentemente, esas décadas de “apertura” migratoria, constituyeron el refuerzo del expansionismo estadounidense basado en un justificador “Destino Manifiesto”. Este último aderezado ideológicamente con un atractivo mas para el inmigrante: un “melting pot” o seductor “caldero nacional”, donde supuestamente se mezclarían las etnias (claro, europeas) sin distinción de credo, color o raza. Los antiguos dueños legítimos de las tierras, indo-mexicanos eran, naturalmente, un grupo incómodo que se vería disminuido poco a poco, ante el ímpetu de los invasores “caucásicos” ilegales, de nuestras otrora tierras propias.


5.- El genoma del mexicano, ¿sin “Derechos de Autor”?

De aquella seductora promesa del “melting pot” como variante de una prometedora sociedad sin clases bajo la bandera de una República democrática que no tenía igual en Europa, se ha pasado recientemente a la idea de “minorities” que excluyen ya a indios, negros y mexicanos, siempre postergados, después de los italianos, irlandeses, polacos, alemanes, húngaros, etc y por supuesto, judíos.

Es evidente que aún hoy día, detrás de Obama y sus promesas de campaña, persiste un intenso “lobby” de neoconservadores y militares excluyentes y racistas, herencia del mediocre cine-artista Reagan, que llegó a Presidente apoyando y apoyándose en los ricos y despreciando a los mexicanos, fig. 6, mientras era manipulado “backstage”, por Nancy su esposa, fig. 7

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Fig. 6 arriba y Fig. 7 abajo tomadas de referencia (24)


Cundió la “alarma” por lo que “Ronny” llamó “pérdida de control de la frontera sur” californiana debida a la inmigración “ilegal” de paisanos (¡que iban –y van- a las tierras de sus abuelos!). El pretexto hoy para erigir muros y militarizar la frontera sur, ya no son los alemanes de la 1ª Guerra Mundial o los japoneses de la 2ª o el comunismo, es el “terrorismo” vinculado al narcotráfico, del que constituyen ¡el mayor mercado del mundo! (24); los EUA, paradigma de dicha forma de economía –“donde hay demanda, hay oferta”- pretenden atacar el problema de la droga ¡SIN acabar con la demanda! Es evidente que la Unión Americana, altamente corporativizada , como en el fascismo, da hoy escaso valor al individuo social, aunque prioritario desde la Constitución de Filadelfia en1776. Consecuentemente, problemas actuales como el que nos ocupa en estas líneas: las consecuencias humanas de la nueva ciencia de la “genómica”, se vuelven también contra el ciudadano. Una de esas consecuencias, muy debatida en estos últimos años entre los anglos, se comentará a continuación, comparativamente con misma situación para los mexicanos.

De la misma manera que un código de barras impreso en cualquier producto al alcance del comprador, el genoma humano, o mejor dicho los genomas humanos de diferentes regiones geográficas y/o étnicas, estarán pronto en un mercado globalizado de oferta y demanda...¿ Con que finalidad?¿para qué? ¡He aquí la cuestión! como dijo Don Guillermo Shakespeare y seguidamente reflexionamos: ¿Porqué “sin derechos de autor”? o lo que es igual ¿porqué sin protección a su privacidad genética? Con esta idea tratamos de invitar al lector a una reflexión que permita ver el evidente descuido en la materia que se tiene en México, en lo individual y en lo social. Este descuido deviene mayúsculo en el terreno político-jurídico del asunto; “Ya se conoce el genoma del mexicano” se ha alardeado a los cuatro vientos por la Presidencia de la República –2009-, quizá por su ignorancia política de las serias implicaciones derivadas de su conocimiento y/o por el vacío jurídico-legislativo referente al derecho a la privacidad de cada ciudadano sobre su genoma.

El vacío existente en México, comparativamente con la situación en otros países, equivaldría falsamente, a pensar que el asunto del genoma y sus aplicaciones derivadas son triviales… Nada más equivocado. El analfabetismo científico dominante en muchos políticos y legisladores nacionales supondría que un tanto alegremente, como se cantaba ayer entre nosotros los mexicanos: “la vida no vale nada...”, los políticos hoy, se pondrían a cantar “el genoma no vale nada...” Exclamamos nosotros: ¡Cuidado! esto es harto peligroso, pues hipoteca la soberanía social del futuro de la Nación; de manera opuesta planteamos ¿Por qué habría de tener importancia para nosotros este asunto? y tenemos en mente no solo a los mexicanos residentes en el país, sino también a los paisanos emigrados y residentes en otras naciones. La importancia de este asunto del genoma –conjunto de genes en forma de DNA propio de cada persona- en lo general y del “genoma del mexicano” en particular, presenta ángulos importantes que planteamos a continuación refiriéndonos, por lo pronto, a las cuatro principales:

I.- El PRIMER nivel de importancia que tiene el conocimiento del genoma del mexicano (o cualquier otro) se manifiesta en el campo comercial y surge de la posibilidad de erradicar o atenuar cierto tipo de enfermedades llamadas genéticas, hereditarias, trastornos o desórdenes genéticos. En efecto, en los últimos años ha quedado abierta la puerta para el tratamiento con medicamentos o fármacos específicos que compensen, alivien o curen el daño derivado de genes, cromosomas u otras estructuras subcelulares consideradas “anormales”, que actúan molecularmente dañando al que los porta y/o sus descendientes. Es de anticiparse que la inminente terapia génica presentaría, a su vez, tres alternativas posibles:

a.- alivio del propio individuo que sufre la condición del desorden genético

b.- alivio de la progenie o descendencia de ese individuo que se vería afectada en lo futuro.

c.- una combinación de ambos

Para el caso recordamos que ya son más de -4 000- cuatro mil (29) las enfermedades de tipo genético que se han caracterizado en los humanos, aunque no todas radican en los mismos cromosomas del núcleo celular, que integra tanto la herencia materna como la paterna (30). Algunas de esas enfermedades radican en otros “organelos” del citoplasma celular como son las llamadas mitocondrias y que solo se heredan de la madre. Se hace necesario recordar aquí también dos conceptos derivados de las clases elementales de Biología como son: “todos los seres vivos superiores” –como el hombre mismo y la mayoría de las plantas y animales- “están formados por células agregadas en tejidos” y “cada célula, agregada o no en tejidos, tiene esencialmente una misma estructura y organelos, diferenciándose cada especie biológica en el número de cromosomas nucleares” figura 8

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Fig. 8, tomada de Barron’s, Essential Atlas of Biology ed. Barron’s Educational Series, 2003


La posible terapia para las enfermedades genéticas individuales, o si es el caso, extendida al alivio del trastorno en grupos sociales o étnicos mas allá del individuo -diabetes en mexicanos, anemia falciforme en africanos o la enfermedad de Tay-Sachs en judíos- se basaría tanto en el llamado “aconsejamiento genético” a las parejas que piensan tener hijos, como en el uso de fármacos o medicamentos específicos que enmienden o restauren el estado de normalidad molecular al nivel del DNA genómico, para el individuo o su descendencia. Es factible que algún día se pueda contar con esos fármacos específicos que actuarían precisamente al nivel molecular; el “blanco” del dardo farmacológico, será uno o varios de los sitios desordenados genéticamente, que no son otra cosa que los llamados “tripletes” del DNA o quizá, especulando aún mas atrevidamente, llevados hasta cualesquiera de los componentes de “la santísima trinidad” (38bis) molecular de los procesos de la herencia: el DNA, el RNA y las proteínas. La complejidad de las interacciones entre estas moléculas, dejan hoy solo en el nivel de “posibilidad” el poder contar algún día con medicamentos “anti enfermedad genética” sin que se pueda especificar el plazo para su ocurrencia.

II.- El SEGUNDO aspecto de importancia derivado del conocimiento del genoma del mexicano gira precisamente alrededor de la idea de “mexicano” como individuo o “etnia” y procede reflexionar: ¿Qué es “ser mexicano” genéticamente hablando? ¿Dónde está el mexicano típico o prototípico, que no “puro”? ¿ Está en México, EUA, Alemania o G.B.? ¿Seremos iguales todos los mexicanos? o como decía mi compadre en el rancho de Nuevo Laredo: “todos somos iguales pero...unos son mas iguales que otros”... En este sentido también viene a mi memoria lo señalado por el eminente antropólogo social maya-mexicano Fernando Cámara Barbachano cuando impartió conferencias en la universidad yanqui conocida como UCLA hacia el otoño de 1965. El suscrito desarrollaba entonces una estancia académica en dicha institución y al anunciarse las charlas asistí con mucho interés. El tema anunciado fue, palabras mas o palabras menos, “¿Que es México y los mexicanos?” socialmente hablando. Cámara llegó a caracterizar hasta nueve “México diferentes” entre los integradores de la nación en ese entonces; ¡nueve! ergo: indígenas de diferentes regiones, mestizos de las mismas, naturalizados, militares, políticos y otros que no recuerdo, todos con intereses particulares a sus propios estamentos...Hoy día que la sociedad mexicana es mas heterogénea, mas diversa, gracias a la inmigración de los últimos años de “refugiados” españoles , chilenos, argentinos y a una distancia de siglos de la infame segregación colonial por “castas” en la Nueva España preguntamos ¿qué es ser “un mexicano”? ¿Existen mexicanos “químicamente puros”? o, puesto de otra manera ¿habrá solo un tipo de genoma mexicano, molecularmente hablando? ¿Un tipo único? ¿Normal? ¿Con que desviación estándar estaríamos hablando de ello, estadísticamente? (32).

Para el suscrito la idea de “raza humana pura” -Hitler dixit- o su versión actualizada de “genoma único” (“genoma del mexicano”), es incompatible con la trayectoria histórico-social-antropológica que da vigencia plena a nuestro alto grado de mestizaje, base de la diversidad del mexicano. Esta última de seguro, integrada por decenas, que no centenas, de genomas, es producto de la mezcla de infinidad de grupos o etnias pasadas o actuales de Mesoamérica desde la llegada de los españoles (que a su vez provenían de diferentes regiones étnicas...) No, no creo que seamos únicos ni social, ni antropológica, ni genéticamente y eso de “el genoma del mexicano” no queda muy claro...volviéndose quizá un asunto de “convención” estadística a la luz de una curva “de campana” o de distribución normal (32), (Continuará)...


Sunday, December 06, 2009

¿ARMAS ÉTNICAS contra los MEXICANOS?...(1a. de 3 partes)

Noticia reciente: “El ex Secretario de Salud de México Julio Frenk creador principal del -Proyecto Genoma del Mexicano- que duró 4 años, costó 25 millones de dólares y fue llevado a cabo por el Instituto correspondiente, es hoy colega de Steven Rose (coautor del libro -Reconstruyendo las Defensas de los EUA- ) en la Universidad de Harvard, institución que contribuye al desarrollo de bioarmas específicas contra ciertos genomas...Por otro lado, la Asociación Médica de Gran Bretaña denunció desde hace una década que Israel, en colaboración con los EUA, prepara un arma étnica contra los árabes; en el mismo sentido puede decirse como ALTAMENTE PROBABLE el que instancias mexicanas hayan sido y sean participantes inadvertidas en este tipo de proyectos..." ( 1 )

1.- De genes y etnias: algo muy personal...y social.

Poco después del alzamiento zapatista de 1994 en Chiapas, México, participé como panelista en una reunión sobre rumores de armas biotóxicas contra el EZLN; era con un grupo de Profesores y alumnos de la Facultad de Economía de la UNAM. En algún momento la manera como se refería la audiencia a “los indígenas”, se me hizo fastidiosa: eran mencionados como con cierta “distancia”, como un simple objeto académico. Recordé que mis hijos grandes son 25 %"kikapoo", mi Victor Manuel –el Xocoyote- es 51% "maya" y yo con genes de "borrado" y de "huachichil"... Pregunté entonces a los asistentes: ¿“Quien está seguro de NO tener sangre indígena”?, por favor levantar la mano...¡Nadie de los 200 la levantó! entonces la reunión cambió, se hizo más emotiva, menos distante y académica, es decir, hablábamos de nosotros mismos, no de “aquellos”.
La mayoría de nosotros mexicanos, no obstante ya mezcladitos, tenemos muchos genes amerindios o, lo que es lo mismo y pese a la demagogia oficial, no es fácil encontrar UN genoma del mexicano; adicionalmente y sin que falte alguien que seguramente desearía mejor ser “nórdico químicamente puro”, la idea de “raza pura”, precisamente, ha quedado atrás con Hitler, los neonazis y algunos “neocons” –neoconservadores- estadounidenses actuales e ignorantes. Pese a ese proceso de mestizaje a lo largo del tiempo, estoy seguro que para la mayoría de los paisanos albergamos aún suficiente orgullo por la grandeza de nuestros antepasados amerindios, sus logros y la cultura que heredamos de ellos. Es precisamente por este sentimiento de orgullo y lo ambiguo de la idea del “genoma mexicano” que preocupan los informes cada vez mas frecuentes sobre investigación genómica enfocada a un nuevo tipo de armas “étnicas” o “genéticas, utilizables en un momento dado contra grupos específicos que estorban al proyecto imperial de la Unión Americana dentro o fuera de su espacio territorial (2) (3); ciertamente este nuevo tipo de bioarmas se antojan de ciencia ficción, pero no lo son. Este sueño racista de muchos, hecho realidad sobre una aparente base genética al nivel molecular, no deja de preocupar, toda vez que constituiría una refinada forma de matar basada en el conocimiento cada vez mas preciso que se tiene del “genoma humano”, incluidas las incontables variantes “cercanas” estadísticamente a las etnias, pues no hay razas puras.

Es decir, de hacerse realidad lo que hoy es una hipótesis, estaría de por medio también un número incrementado de víctimas (que el US Army suele llamar “daños colaterales”) y que llegarían a la muerte como parcialmente incluidos bajo la categoría de una “etnia” específica por sus genomas. De la misma manera como las bioarmas en general pasaron de ser en su momento solo una posibilidad y luego se hicieron realidad, así las armas étnicas o genéticas, hoy solo teóricamente posibles -y basadas en la idea de “pureza”- asimismo se harán realidad algún día... pero antes de zambullirnos en el detalle de este pronóstico pesimista, detengámonos un momento: ¿Realmente es extraño para nosotros "amerindios mestizos", el uso de estas armas genocidas –que no genéticas- en contra de nuestros antepasados aborígenes, desde que los europeos arribaron acá en 1492? ¿Qué a lo largo de la historia de nuestra América continental (otrora “Nuevo Mundo”), no ha sido sistemático el uso de ideologías, métodos y técnicas, en contra de nosotros los de este lado del Atlántico por parte de los “desarrollados” o “civilizados” europeos y sus clones?


2.- Después de1492: encuentro entre “salvajes” y “civilizados”

Casi en paralelo surgieron dos obras sobre un tema semejante pero con enfoques dispares; una, el interesante libro de Urs Bitterli sobre “el encuentro de Europa y Ultramar” en 1492 y el nacimiento de la prepotencia de “los civilizados” sobre “los salvajes” (4); la otra, es la magistral obra de Eduardo Galeano, fundamental para entender nuestro pasado amerindio y...nuestro futuro (5). El primero hace revisión detallada del encuentro, partiendo del origen de la expresión “salvaje” que, derivada del latín “ selvaticus ”, se enfoca “a degradar” a ciertos grupos humanos, como los aborígenes de América, “como si fueran parientes del hombre de las selvas o del mono” y “menospreciar” al nativo de este “Nuevo Mundo” con otros epítetos semejantes derivados de la moral occidental. A lo largo de su obra, Bitterli subraya primero el “roce” y después el “choque” cultural entre ambos mundos, basándose en “el énfasis implacable de la superioridad político-militar” del europeo invasor, que, adicionalmente, “reforzó su propia arrogancia...debida a su bajo nivel de educación y la unilateralidad desmesurada de sus intereses mercantiles.”

Al tropezón de Colón -que murió ignorando su arribo a un “Nuevo Mundo”- siguió el desconcierto de los “civilizados” ante los seres humanos que en el se encontraban, mismos que todavía en el siglo XVIII eran objeto de cavilaciones sobre su posible origen (6). En una España todavía feudal, bajo una reina Isabel “La Católica” e ideológicamente suscribiendo un “Orden Natural Bíblico” -que no había incluido ese “Nuevo Mundo”- es muy probable que toda la Europa cristiana, además de España, se preguntara después de 1492: “¿y estos? ¿de donde salieron? ¿serán humanos?... no los menciona la Biblia”.

Pasado el “encanto del primer encuentro”, como le llama Bitterli, en que los “indios arawak saludaron a Colón muy afablemente” y “ningún obstáculo parecía existir para el inicio de relaciones amistosas”, habida cuenta que “los aborígenes no disponían de ningún armamento digno de mención y además eran muy dóciles y amigables” mientras Colón –que cuando joven, se familiarizó con la trata de esclavos en plantaciones de las islas Canarias y Madeira- (7) “ya jugaba con la idea de someter a pueblos extranjeros”. De ese “encanto inicial”, pero en Europa misma, tenemos registradas otras impresiones dignas de mención en este punto. Destaca la del mas grande artista del momento: pintor- grabador, Maese Albert Dürer, alemán, quien escribió en su diario a principios del siglo XVI:

“He visto las cosas que han sido traídas al rey desde la nueva tierra del oro (sic) (México); un sol todo de ese mismo metal como de una braza (1.6 metros) de ancho y una luna toda de plata de las mismas dimensiones; dos habitaciones llenas de indumentarias y armas de la gente de allá, arcos y dardos, ropa muy extraña, colchas de cama y toda clase de objetos maravillosos que utiliza la gente, mas dignos de verse que otros prodigios; de estos objetos se estima su valor en cien mil florines. En toda mi vida....nunca había visto cosas que regocijaran mas mi corazón que estos objetos, considerados por mi como maravillosos objetos de arte, que me maravillaban por el sutil ingenio de los hombres de aquella tierra; me declaro incapaz para expresar todos los pensamientos que ahí me asaltaron...” (8)


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Albrecht Dürer, Autorretrato, 1498, cortesía Google images

Ya rebasado el miedo-fascinación inicial y el rompimiento con el viejo “orden natural divino”, el hombre europeo en América comprendería, pocos años después, que el nuevo mundo circundante al que llegaron por vez primera, “no tenía ya ese caracter amenazador propio de las cosas que no se comprenden y llegaría a mirar sin temor -y hasta con curiosidad desafiante- la Creación de la que se sentían dueños; consideraba su misión el invasor, además, el poder penetrar sus secretos. El mundo se tornó entonces para el, un ámbito inmenso para la experimentación e investigación...llevada hasta el extremo” nos dice Bitterli que suscribe en última instancia para “los salvajes”, solo la posibilidad de un futuro limitado a “cotos-reserva”, muy al estilo de las previsiones de Aldous Huxley (9).

Eric Williams está en lo cierto cuando apunta en su obra que fueron escasos los sobrevivientes aborígenes resultantes de los primeros encuentros con los europeos, su explotación ulterior y su desplome de modo de vida. Llegarían después por millones los esclavos sustraídos desde África para sustituir la fuerza de trabajo indígena que desaparecía (10). Resultó así que al cabo de los años, nosotros, “los salvajes” del Nuevo Mundo y la fuerza de trabajo esclava, daríamos al Viejo, es decir, a Europa, nada menos que el algodón, base de la higiene individual derivada de la ropa y sábanas lavables, nunca antes vistas en Europa a “precios populares” diríamos hoy. No es de extrañar pues, que la mortalidad de infantes neonatos en ciudades como Londres fuera, hacia principios del siglo XVIII cercana al 90%, cuando aún no llegaba el algodón y un siglo después, época de Dickens, ¡hay niños hasta debajo de las piedras! ¿Qué pasó? No es que los flemáticos ingleses hicieran mas “el amor”, es que moría menos gente... ¡ropa y sábanas lavables! ¡Sí!, les dimos la higiene y muchas otras cosas: la más importante, les dimos el capitalismo. Gracias a las fortunas sustraídas de nuestra América y a "la Trata de Esclavos” por la vía del llamado “Triángulo de Bristol”, las fortunas crecían de la noche a la mañana, en diferentes localidades de Europa bajo un espectacular proceso de acumulación de capital que llevó a la opulencia y al “ocio creativo” al Viejo Mundo, tal como lo describe magistralmente Williams en su obra.

Posteriormente a Williams, Galeano nos lleva en su libro ya clásico como en un paseo, describiendo con estilo ameno y descarnado, la historia veraz del saqueo de América Latina sin “batallas y sin generales” (11). Enfocada a la perspectiva de como dimos y seguimos dando -“gracias a nuestra vocación de sirvienta”- muchas mas cosas a Europa y a su hijo putativo en América -los EUA- que lo que recibimos de ellos; queda en evidencia así, que los antiguos “salvajes” “mantenemos y alimentamos el desarrollo ajeno” -de los viejos “civilizados”- a costa de nuestro propio subdesarrollo que, dicho sea de paso, NO es una etapa hacia el desarrollo... ¡Como impresionan! las primeras palabras de Galeano en la Introducción a su obra:

“La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder. Nuestra comarca del mundo, que hoy llamamos América Latina, fue precoz: se especializó en perder desde los remotos tiempos en que los europeos del Renacimiento se abalanzaron a través del mar y le hundieron los dientes en la garganta...”.

En breve, si algo caracteriza la obra de Galeano, es el conmovernos detallando el sistemático ultraje económico y étnico –que no genocida- al que ha estado sometida nuestra región durante los últimos cinco siglos.


3.- Las primeras armas étnicas: entre Cortés y Amherst.

A estas alturas del siglo XXI, hay autores como Alfred W. Crosby que, de plano, no se andan con rodeos; acusa a Europa de mil años de expansionismo “ecológico” imperial por todo el mundo. Acerca del cual, nos dice el autor, si bien se repetiría en muchos lugares el encuentro de armas de fuego contra lanzas –cuestión de tecnología militar- “todo ese expansionismo se debió mas bien a procesos biológicos concurrentes con una sustitución de recursos y gente en regiones de la zona templada de la tierra” . Para Crosby pues, en esos procesos biológicos que se alargaron por 1000 años -del 900 al 1900- las enfermedades “transplantadas” por los invasores europeos a las nuevas tierras, particularmente enfermedades infecciosas como la viruela, llegarían a tener un papel destacado en el mencionado expansionismo (12).

Bajo esa perspectiva, es inexplicable que aún persista el mito que ha rodeado por años la historia de la invasión de América por los europeos, en el que solo un puñado de invasores vencía sistemáticamente a poblaciones enteras de miles de aborígenes del Nuevo Mundo ¿Cómo fue posible tanta victoria relativamente fácil ? ¿Tanta ocupación rápida de lugares y regiones después de 1492? ¿Tanta sustracción de riqueza? Con la información hoy disponible, varios autores se han sumado a la tesis que apunta a las enfermedades infecciosas como aliadas del invasor, facilitando la llamada "conquista" que no invasión de América (13) (14). Bajo esta perspectiva, el caso relativo al antiguo dominio mexica, conocido después como Nueva España y hoy como México, puede ser considerado paradigmático para explicar con detalle lo sucedido hace cinco siglos.

Hernán Cortés, invasor de México y Mesoamérica bajo la bandera de su rey y la cruz del catolicismo –que solo encubría avidez por el oro- se hizo de un territorio cuatro veces el tamaño de la misma España, incluidos sus millones de habitantes, recursos naturales, oro, plata, diamantes, todo...¿Cómo le hizo? ¿Como fue posible? Para el efecto salió de Cuba un 10 de febrero de 1519 con 11 barcos, 508 hombres, 116 caballos, 32 ballestas, 13 escopetas, 11 cañones, 4 falconetes y mucha pólvora y “pelotas” Para el 12 de marzo del mismo año ya está en Tabasco, el 10 de julio siguiente escribe a sus reyes desde Veracruz, entra a Tlaxcala el 23 de septiembre del año y se asombra cuando entra al centro del imperio mexica, México-Tenochtitlán el siguiente 8 de noviembre. Este último hecho marcaría el principio de una serie de encuentros, sospechas , batallas, secuestros, traiciones, muertes, derrota y huida temporal de Cortés. Este aventurero, después de buscar a sus aliados de Tlaxcala, regresa el 30 de mayo de 1521 a poner sitio “formal” a la gran ciudad-isla que, finalmente, cae el 13 de agosto siguiente; fueron 75 días de sitio, hambruna y muerte por doquier...¿Porqué persiste el mito de “el puñado de invasores derrotando a un imperio”? si tan solo en su “3a. Carta de Relación” al rey de España Cortés se declara "incompetente para detener…con sus 900 soldados”…, la crueldad de los ¡150,000 aliados que tenía! contra el enemigo imperial, en la batalla final del sitio a Tenochtitlán (que costaría la vida a 50,000 mexicas derrotados) si..., leyó Ud. bien amable lector: “900 invasores españoles y sus 150 000 aliados…”(15).

Regresemos al principio de la invasión española -mal llamada por nosotros de este lado "del charco"... “conquista”- dejemos de lado los “servicios” de traducción trilingüe esclava con que contó Cortés desde un principio para negociar, amenazar, seducir, traicionar y corromper a los invadidos, dejemos de lado esas decenas de miles de aliados aborígenes que, por odiar al imperio mexica se le iban uniendo a lo largo de su trayecto invasor, dejemos de lado el refuerzo de mas españoles, caballos -los tanques de guerra de la época- y armas que se le unieron después al traicionar a Narváez y cambiar de bando, dejemos de lado las diferencias en tecnología militar de armamento y estrategias de ataque y defensa por tierra o por agua. Enfoquémonos a las enfermedades mismas que constituirían el mejor aliado de los invasores en el caso específico del México central.

Por principio de cuentas, no deja de sorprender que de las cerca de 1000 páginas a letra pequeña, que suman las observaciones de los dos de protagonistas españoles principalísimos: Cortés que escribía mucho y Bernal Díaz, su soldado acompañante, el primero no diga NADA y el segundo, solo haga observaciones mínimas acerca del daño a los indígenas que vió, provocado por enfermedades que antes de la presencia europea, les eran totalmente desconocidas; este último, en efecto, –mas objetivo y humano- se refiere al asunto apuntando en unas cuantas líneas de su abigarrada obra lo siguiente:

“Y volvamos agora al Narváez e a un negro que traía lleno de viruela, que harto negro fue para la Nueva España, (ya) que fue causa que se pegase y hinchiese toda la tierra dellas, de lo cual hobo gran mortandad, que según decían los indios, jamás tal enfermedad tuvieron, y como no la conoscían, lavábanse muchas veces, y a esta causa se murieron gran cantidad dellos, por manera que negra la ventura de Narváez, y mas prieta la muerte de tanta gente sin ser cristianos...” (16).

“La prieta muerte de tanta gente…” ha sido analizada hoy día con mayor detalle no solo por contar con traducciones fidedignas de los relatos de los viejos aborígenes de la Gran Tenochtitlán que la sufrieron (17) sino por diversos historiadores modernos que disponen, como ya se dijo, de información mas amplia y precisa: uno de estos, Wright (13) ha puntualizado:

“...los nativos americanos, por el hecho de no haber estado expuestos (antes), tenían poca o ninguna inmunidad y contrajeron las nuevas enfermedades (que traían los españoles) con rapidez (e) infección (es) sumamente virulentas...” Y parafrasea a un testigo presencial: “los indios mueren tan fácilmente que el sólo mirar y oler a un español hace que entreguen el alma...” “Hoy está claro”, continúa Wright, “...que las pestes del Viejo Mundo aniquilaron como mínimo a la mitad de la población de las civilizaciones azteca, maya e inca poco antes de su derrocamiento...”

En términos cuantitativos del proceso a través del tiempo, Gerhard (18) ha expresado el dramático efecto de la viruela mediante una gráfica muy clara que presenta el proceso diacrónico de aniquilación mexica ya señalado; de 22 millones de habitantes en 1520 a solo 1 un siglo después. Este proceso nos mueve hoy a postular, sin miedo a ser exagerados, que la invasión del México central por los españoles y la mortalidad correspondiente provocada entre los indígenas, adquiere tintes de verdadero genocidio con efectos socio-culturales tan negativos que, aunque no es el caso analizar aquí, vale decir llevaría siglos lograr su recuperación (19); ver las siguientes figuras:

(Fig. 1)
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(Fig. 2)

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Fig.1, tomada de la referencia (18)
Fig.2, tomada de la referencia (19)


Adicionalmente, es también interesante señalar que, 200 años después de la invasión española a Mesoamérica, algún lector anglohablante de las crónicas de Cortés y Díaz, por la via de su traductor Prescott, llegaría a enterarse de los estragos que hizo la viruela como coadyuvante en la invasión de México. Ni tardo ni perezoso, ese lector que lo fue militar y de la nobleza británica, repetiría la historia de la “prieta muerte de tanta gente…”, pero de manera intencionada y en los inminentes EUA. En efecto, el General y Lord, Jeffrey Amherst, muy moral, muy cristiano y muy “anglo”, pero con un gran odio a los nativos del Nuevo Mundo, devastó varias etnias en el Este de la Unión Americana cuando en cierta ocasión y a la voz de ¡“Inoculémoslos por este u otro método que se pueda... para extirpar a esta raza execrable...”! procedió a distribuir ropas y cobijas infectadas con el mortífero virus de la viruela, provenientes de sus propios soldados enfermos. ¡Sí! repartió ropa de enfermos entre la población aborigen cercana al Jefe Pontiac, indígena que se había levantado en armas contra los británicos en la primavera de 1763 cerca de Fort Pitt. La epidemia que se desató entonces, provocada por microbio desconocido entre los aborígenes del norte de América, contribuiría también, de manera definitiva, a la derrota de los nativos (20)(21). Es de subrayarse, no obstante, que en este caso la epidemia resultante si pasó a la historia con todo su peso moral de maldad, manchando la trayectoria militar de Amherst y dándole un lugar destacado como uno de los iniciadores de la guerra con “armas sucias” en los tiempos modernos...Y procede una reflexión: habida cuenta de lo que sucede hoy día en la Unión Americana con el uso inmoral de instrumentos de guerra y armas prohibidas en contra de poblaciones civiles del orbe ¿Es de sorprender que persistan ciudades con el nombre de Amherst en los EUA y Canadá y que siga funcionando el "Amherst College", a unos cuantos kilómetros de Boston?

4.- En EUA: del “melting pot” al “genetic cleansing”.

Al examinar detenidamente la gráfica siguiente (Fig. 3) que ilustra el monto de la deuda pública yanqui a lo largo de los 200 años que tiene la Unión Americana de vida independiente (22), pueden observarse cosas interesantes:

(Fig. 3)
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1) las guerras cuestan mucho dinero, por lo que sus años de guerra, son también sus años de mayor "deuda pública", 2) paralelo al proceso expansionista de los EUA a lo largo del tiempo, el financiamiento del mismo proceso hizo que su déficit interno fuera creciendo y 3) el único momento de ¡AUSENCIA TOTAL! de déficit,1835-1855, fue coincidente con la sustracción de un enorme territorio, 54 %, al vecino y joven país llamado México –con todo y sus aborígenes-. Arrancarle ese territorio a México “no sería una de las páginas más brillantes de nuestra historia” –Kennedy dixit-, pero si les daría a los ya beligerantes USA una incalculable riqueza a cambio de un mínimo pago como indemnización –a plazos- consistente en un puñado de milloncitos de dólares... (Continuará) (Bibliografía al final de la 3a parte)